domingo, 19 de enero de 2020

Día 56

Ya es definitivo. El gobierno no va a hacer nada. Ni el principado, ni el estatal. Ni siquiera el ayuntamiento. Estamos solos, abandonados. Hace días que ya no hay televisión, pero seguimos teniendo electricidad. No sé hasta cuando, porque estoy seguro que en las presas, centrales térmicas, etc.. no hay nadie. Lo que me da miedo es que una central térmica explote, no sé si eso es posible, pero tengo una excesivamente cerca. La comida aún no escasea, y el agua del grifo sigue funcionando. Los animales están bien, de momento. Estoy solo en el edificio, lo he comprobado. Todos se han marchado, los últimos la pareja joven del 2ºD, con sus dos perretes. He logrado abrir las puertas, y he taponado el portal con los muebles que me han parecido mejores para ello. Por suerte, la señora del bajo hizo una puerta directa a la calle desde su casa, y ella tampoco está. No me costó mucho abrir la puerta para poder usarla como salida de emergencia.

He recogido todo lo que tenían que podría ser útil. Algunos vecinos tenían perros, y quedaba pienso. Además de comida, agua embotellada, e incluso un buen Coñac. Me he hecho fuerte en el edificio, y estoy empezando a planear como llegar a los edificios colindantes para poder buscar rutas alternativas. En breve voy a tener que salir de aquí, o nos volveremos locos los tres. Bueno, el gato no, ha pasado de pasear por un piso a pasear por todo un edificio. Él está en la gloria.

Hace ya dos semanas que no sé nada de Paula. Sé que a las islas esto no ha llegado, e incluso que el gobierno se ha trasladado a Tenerife. La radio por suerte aún funciona, las oficiales y algunas caseras, y escucho todo lo que dicen. Lo malo es que las emisoras de música no funcionan, e Internet cayó hace ya días. El entretenimiento actual es bastante escaso.

He olido fuego varias veces. He visto contenedores arder, e incluso a lo lejos un edificio entero. Espero que no se propague demasiado. No he escuchado sirenas desde hace ya veinte días. He de suponer que soy el único, o de los muy pocos, supervivientes de la ciudad. Las calles están repletas de gente, pero son de esos que se desplazan como si estuviesen drogados. Zombies. Esto es de risa. Zombies en Asturias. Zombies reales.

La perra se está portando genial. Si alguna vez lees esto Paula, que sepas que la hemos educado genial. La pobre es muy nerviosa, y a veces lloriquea porque quiere correr. Se está acostumbrando a correr arriba y abajo por las escaleras, por lo que algo de ejercicio hace. Y a veces juego con ella a tirarle la pelota. Pero con todo, es una chica muy buena, y obedece. Creo que incluso sabe que pasa algo malo, y que debe hacerme caso.

Estoy escuchando ruidos raros en la calle, así que voy a asomarme a ver si logro ver que nuevas maldades se les ha ocurrido a esta gente denominados por mi los "drombies". Esto tiene que ser un virus derivado de una droga o algo, como lo de la droga caníbal.

Hasta otra diario.